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Él Carnaval, sus origenes y efectos negativos (Parte 1)

El Carnaval, sus origenes y  efectos negativos  (Parte 1)

Los primeros registros que se conocen acerca de esta festividad datan de aproximadamente 5000 años atrás, en Babilonia, donde se veneraba a Marduk (dios pagano que, según la leyenda, fundó la ciudad). Otros datos apuntan a que ésta era una celebración en honor a la diosa Osiris que se realizaba en Egipto.

También se dice que el carnaval se originó en Roma, con las celebraciones Saturnales (en honor a Saturno), Bacanales (en honor a Baco) y Lupercales (en honor al dios Pan). En Grecia se realizaba un festejo en honor a Dionisio. En Olimpia, Creta y otras poblaciones de Grecia, se sacrificaba anualmente a un hombre que representaba a Cronos, el equivalente a Saturno de los romanos.
Estas celebraciones tenían como objetivo el venerar a alguna deidad pagana, y se caracterizaban por el desenfreno, la violencia y la obscenidad.
¿Qué se celebraba en carnaval?
En el carnaval se celebraban fiestas en honor a distintos ídolos paganos. En dichas fiestas reinaba el desenfreno y los excesos de toda índole; las leyes y los cargos públicos eran ridiculizados.
Durante la Edad Media, la iglesia Católica, en su afán por adecuarse a las costumbres paganas de los pueblos para conseguir más adeptos, estableció que el carnaval marcara el inicio de la cuaresma y propuso una etimología: del latín vulgar carne levare, que significaba “abandonar la carne”; pero este significado no tenía sentido, ya que en estas fiestas se acostumbraba a comer carne y tocino. Posteriormente surgió otra etimología, igualmente falsa pero más fácil de entender: carne vale, que significaba que durante la época de carnaval sí se podía comer carne, para así poder estar preparados para soportar la abstinencia de carne obligatoria en la cuaresma.
¿Qué aspectos comunes hay entre el carnaval moderno y el antiguo (romano)?
El principal aspecto en común del carnaval moderno y del antiguo, es el desenfreno, los excesos y la permisividad. Hoy, como antes, se considera al carnaval como un tiempo en el que todo es permitido. En esta época la gente siente que tiene la “libertad” de hacer lo que le plazca. Las estadísticas demuestran que durante esta celebración aumenta desmesuradamente el consumo de alcohol y drogas, la violencia intrafamiliar, la violencia callejera, la fornicación y el adulterio.
A pesar de que se intente mostrar al carnaval como una fiesta cultural, o como una ocasión para simplemente divertirse, no podemos negar el hecho de que, al igual que en la antigüedad, el carnaval sigue siendo una fiesta donde reina el caos y se comete un sinnúmero de actos que atentan contra la dignidad del ser humano. Para darnos cuenta de esto, basta con mirar cómo quedan las calles de una ciudad a la mañana siguiente de un día de carnaval: hombres y mujeres tirados en las veredas, tan embriagados que no recuerdan ni sus nombres, botellas de bebidas alcohólicas por todas partes y un sin fin de otros desperdicios que hacen que las calles literalmente parezcan basureros.
Otro aspecto en común que podríamos mencionar, es el uso de máscaras y disfraces, que ya eran usados en las celebraciones de los ídolos paganos en la antigua Grecia y Roma, y que, antes como ahora, sirven de armadura que envalentona a quienes quieren cometer sus fechorías sin ser reconocidos o dar rienda suelta a sus bajas pasiones.
¿Quién es Momo?
Según la mitología griega, Momo es hijo del sueño y de la noche; y es el dios de la burla, el sarcasmo y la ironía. Se conocía a Momo como el protector de quienes se entregaban a la locura, al escándalo, a los vicios y a los excesos. Era representado como un bufón, con un gorro con cascabeles, un cetro y una máscara. Actualmente, Momo es la figura central de los carnavales.
¿Cuál es la posición del Islam sobre el carnaval?
Como hemos podido observar en todo lo antes mencionado, el carnaval es una celebración eminentemente pagana, producto de la idolatría de los pueblos de la antigüedad. Por lo tanto, la celebración del carnaval no es aceptada en el Islam, ya que toda forma de idolatría, por pequeña que sea o por inofensiva que parezca, es un pecado muy grave.
El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, prohibió claramente que los creyentes en el Dios Único imitaran las costumbres de los idólatras. También prohibió terminantemente a los creyentes participar de estas fiestas, aunque lo hicieran con la intención de sólo divertirse; pues el participar es alentar, confirmar y aprobar.
Todos los eruditos (‘Ulama) musulmanes están de acuerdo en que es ilícito para el creyente el participar de fiestas de origen pagano y de baja moral, tales como el carnaval.

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